Vox es una partido político español de extrema derecha. Con políticas antinmigración y mano dura frente al independentismo en Cataluña, el partido liderado por Santiago Abascal pretende “hacer España grande otra vez”. ¿Su programa? “Controlar la inmigración y defender el orden constitucional, […] la unidad de España y la centralización del Estado”.
Creado en 2014, Vox inicialmente tuvo dificultades para lograr hacerse oír en un país en el que, al menos hasta ahora, el recuerdo del dictador Francisco Franco frenaba toda tendencia nacionalista. Sin embargo, el partido ha empezado a ganar fuerza a una velocidad vertiginosa en los últimos meses, y dos encuestas recientes conceden a Vox entre 1 y 5% en intención de voto —es decir, más de un millón de papeletas—.
Si Vox alcanza la participación prevista por estas encuestas, el partido ultraderechista conseguiría entrar en el Parlamento en las próximas elecciones. Esto marcaría un cambio de rumbo en la política española, pues siempre se ha celebrado la ausencia en España de un partido de extrema derecha, en contraste con otros países europeos.
El pasado mes de octubre, Vox consiguió llenar un polideportivo en Madrid con 9.000 simpatizantes. Este evento fue la mayor muestra de fuerza del partido desde su creación en 2014, y despertó todas las alarmas en España. Según Santiago Abascal, Vox tiene ya casi 10.000 afiliados y más de 70.000 simpatizantes. Y los números no dejan de crecer…
¿Cómo ha conseguido un partido de extrema derecha ganar tanta popularidad en tan poco tiempo? Para Abascal, la repentina popularidad de Vox se debe a que está “en sintonía con lo que piensan millones de españoles”.
El crecimiento de Vox en los sondeos coincide con España convirtiéndose en el primer punto de llegada de los migrantes que cruzan el Mediterráneo camino de Europa. Y es que el partido abiertamente antinmigración y antiislam se opone completamente al gobierno socialista de Pedro Sánchez, que ha decidido adoptar una actitud tolerante frente a la inmigración. Por eso, Vox atrae a aquellos que se inquietan ante la llegada masiva de migrantes, y utiliza, como Trump, un discurso de miedo y odio para conquistar a las masas.
“Los españoles, primero”, dice Abascal, que también está en contra del feminismo y el independentismo catalán. Esto último, la cuestión catalana, “es lo que más apoyos les ha generado hasta ahora”, dice José Fernández-Albertos, del Consejo Nacional de Investigación de España (CSIC).
La ideología de Vox recuerda de manera inquietante al régimen nacionalista del general Francisco Franco (1939-1975), y sus políticas sobre inmigración y el islam se asimilan a movimientos de extrema derecha que existen en otros países de Europa, como Alternativa para Alemania o la Agrupación Nacional de Marine Le Pen en Francia.
En los 40 años de democracia que ha vivido España desde la caída de la dictadura franquista, ningún partido político ha defendido un discurso como el de Santiago Abascal. Con el aumento del nacionalismo en el resto de Europa (y en todo el mundo), se teme que el discurso de Vox, aunque no consiga muchos votos en las próximas elecciones, siga influyendo en el debate nacional.