La Sagrada Familia es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad de Barcelona, y uno de los más visitados en toda España. Es la obra maestra de Antoni Gaudí, un conocido arquitecto y artista modernista español nacido en Barcelona a mediados del siglo XIX.
Iniciada en 1882, la Sagrada Familia todavía está en construcción. Sin embargo, hasta ahora, la basílica se había estado construyendo sin licencia del Ayuntamiento.
El pasado jueves 19 de octubre la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el presidente delegado de la Junta Constructora de la Sagrada Familia, Esteve Camps, firmaron un acuerdo que prevé que el templo aporte 36 millones de euros (£31 millones) a la ciudad de Barcelona a cambio de regularizar las obras después de más de un siglo de trabajos.
La basílica aportará los 36 millones de euros en 10 años, y el dinero se utilizará para mejorar la movilidad y el urbanismo de su entorno.
Según el acuerdo, se destinarán 22 millones de euros a la mejora del transporte público. Otros siete millones servirán para mejorar la accesibilidad a la basílica desde el metro, y cuatro millones contribuirán a la reurbanización de las calles que rodean la basílica.
El importe ha sido calculado teniendo en cuenta el número de visitantes que recibe anualmente la Sagrada Familia. Según los últimos datos publicados, el templo recibe cada año 4,5 millones de visitantes, además de 20 millones de personas que se quedan en su exterior.
Se prevé que las obras del proyecto más emblemático de Gaudí se finalicen en 2026, un siglo después de la muerte del arquitecto. Con una altura de 172.5 metros, la Sagrada Familia será el edificio más alto de Barcelona y la iglesia cristiana más alta del mundo.
Cuando esté terminado, el templo tendrá 18 torres: cuatro en cada portal, haciendo un total de doce por los apóstoles, cuatro sobre el crucero, invocando a los evangelistas, una sobre el ábside dedicada a la Virgen y la torre-cimborio central en honor a Jesús.
Imponente desde fuera, pero también desde dentro, la Sagrada Familia impresiona en su interior por las gigantescas columnas que se elevan hasta el techo adoptando formas que recuerdan a troncos de árboles y se dividen hacia lo alto en diversas ramas para sostener las bóvedas, creando un “bosque” de columnas. Cuando esté terminado, el interior de la torre principal estará cubierto de elementos de cerámica y vidrieras que representarán el firmamento.
Gracias al nuevo acuerdo entre la Sagrada Familia y el Ayuntamiento de Barcelona, se podrán solicitar las licencias y permisos necesarios para terminar la construcción del templo según el proyecto de Gaudí. Por eso, ambas partes han celebrado la noticia, y la alcaldesa Ada Colau ha subrayado que se trata de un “acuerdo histórico”. Sólo habrá costado 36 millones de euros… Y 130 años.